domingo, 19 de mayo de 2013

Daps (2013)



 De nuevo se celebró otra Restaurant Week impulsada desde una conocida web de reservas y con una participación algo más reducida que otras veces. Como casi siempre nos pilló, más que a contrapié, casi a traición, y nos enteramos tarde y mal, aún así pudimos reserva uno de los últimos días en el Daps, un local del grupo AN, el mismo que el de los Citrus, Attic, QuQu, Txapela y algunos más, pero éste, a diferencia de los citados, parece menos encarado a los turistas, claro que influirá bastante su localización, en la esquina de la Diagonal con Villarroel, zona mucho menos frecuentada por los guiris que el Paseo de Gracia y las Ramblas, zona preferida de influencia del grupo.
 El aperitivo eran dos cucharitas por persona, una con una oliva esferificada, buena, y la otra con una bola de Idiazábal esferificada con jamón de bellota, mejor.

 Tanto de entrantes como de platos principales teníamos tres posibles elecciones, de las que sólo pudimos probar dos por motivos obvios, y es que sólo éramos dos personas. La primera eran unos estupendos langostinos en tempura de almendras, con finas láminas del citado fruto seco haciendo de crujiente envoltura a los langostinos ensartados, que venían acompañados por una sabrosa salsa que no sabría definir, algo así como una salsa rosa o cocktail, pero tampoco era eso, en todo caso estaba buena y ayudaba a mejorar una ya muy buena y poco habitual tempura.

 El otro entrante que probamos fueron los raviolis de cigalas bañados en una salsa viciosa con un profundo sabor a mar. Un plato de los pedir más pan y rebañar sin complejos. A efectos informativos decir que el tercer entrante, el que no probamos, era un tartar de calabacín y tomate con queso de cabra.

 El solomillo de buey con cuatro mostazas no era muy grande pero estaba bueno, servido con unas patatas fritas más que decentes, lo que tristemente casi es noticia, y cuatro puntos de diferentes mostazas, a cual más interesante, si te gusta la mostaza claro. De izquierda a derecha tenemos la clásica de Dijon, la verde a las finas hierbas, una roja que no conocía, al Cassis, un licor de grosellas negras, y por último la mostaza a la antigua, con su textura granulada, y todas con su incisivo punto de picante, aunque personalmente la que más me gustó fue la de Cassis, tal vez por lo novedoso.

 Nos dejamos sin catar el risotto de ceps, ya que el otro plato principal que sí probamos fue las brochetas de vieiras, rape y langostino, presentado sobre unas verduras salteadas, buenos productos hechos a la plancha sin mucho más que añadir.
 

 Como postres teníamos dos posibilidades, el carpaccio de piña con mousse de crema catalana y el coulant de chocolate caliente y helado de vainilla, que fue el que elegimos los dos, un poco por nuestra poca afinidad con la piña y un mucho por pasión por el chocolate. Un trazo de salsa de chocolate decoraba el plato y el contraste crujiente se lo aportaba la almendra picada.

 En el menú a 25 euros (más IVA) entraba una copa de cava con los aperitivos, que alargamos hasta ya mediados los entrantes, cuando pedimos un par de copas de vino blanco de la oferta a copas de su carta, una era de Petit Caus, del Penedès, y la otra de un albariño llamado Alba, que cumplieron con lo esperado. Además tomamos una botella de agua y los consabidos cafés para terminar, lo que supuso una cuenta final por debajo de los 34 euros por cabeza.
 Personalmente me gustó el sitio aunque la lluviosa noche se tradujo un ambiente algo frío y desangelado. Más que eso, la lejanía de nuestras "zonas de caza" habituales supongo que harán complicado que volvamos a este restaurante en el futuro más cercano, pero la verdad es que comimos muy bien y excelentemente atendidos.



Daps
http://www.dapsrestaurant.cat/
https://www.facebook.com/DapsRestaurant
Av. Diagonal 469
08036 Barcelona
934 10 90 89
abren todos los días de la semana en horario ininterrumpido

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